jueves, setiembre 20, 2007

la posibilidad de una albóndiga



"estados unidos debe estar preparado para un golpe todavía más terrorífico, que dejará a la demolición de las torres del world trade center a manos de kamikazes islámicos como una burda, salvaje y soñada política de replanificación urbana. no hay que ser roland barthes para darse cuenta de que lo que para un pueblo asustado fue un atentado terrorista se convirtió en una bendición divina para los especuladores inmobiliarios, que ni en sus más prohibidos sueños húmedos imaginaron hacerse de unos cuántos metros cuadrados en pleno corazón de manhattan al bajo precio de unos miles de muertos y los incentivos pertinentes a hombres clave de la administración giuliani (...) la felicidad exacerbada se parece bastante a la estupidez, y permítanme una breve digresión: vivimos inmersos en un sistema que quiere vendernos felicidad hasta cuando pagamos impuestos. pueden revisar mis declaraciones de ingresos y verán que jamás declaré ganacias por mis libros, siempre destiné ese dinero a la investigación científica que a la larga salva más vidas que el asistencialismo, un aligerador de consciencia para las clases medias y que solo agranda las billeteras de los burócratas (...) pero les decía que esa federación ultraconservadora y religiosa que ha logrado convencer al resto del mundo de su poderío interminable tiene los días contados. los imperios duran varias décadas menos en esta época vertiginosa. la posibilidad no de un hongo sino de una verdadera albóndiga nuclear que arrase ciudades y pueblos no es tan lejana, sobre todo en esta época de saberes conscriptos a los devaneos del mercado. alcanza tener unos cuantos millones de dólares para tener una bomba de hidrógeno en la alacena, por si acaso. el problema no radica en quién tirará la primera piedra, pues es claro que vendrá de ninguna parte y alguien se adjudicará el hecho en un video divulgado por youtube. el problema real está en adivinar cuál será la reacción del gigante, todavía aturdido. y esa reacción es la que a mí me genera pesadillas y problemas gastrointestinales. porque sépanlo: lo triste no es que todos vamos a morir limpiamente, acariciados por una ráfaga de viento atómico. lo triste es que vamos a agonizar en una noche perpetua, sin agua potable, convertidos en bestias asustadas, zombies hipnotizados por la televisión, tristes autómatas raquíticos de ojos vacíos, cucarachas moribundas que no encuentran quién les haga el favor de un pisotón final"

wilmer delmur, fragmento de su discurso en la sesión de apertura de la asamblea general extraordinaria del garden club argentino, acasusso, provincia de buenos aires, marzo de 2007

miércoles, setiembre 12, 2007

maridos y esposas




obligaciones de los maridos

1. amar á la mujer como jesucristo á la iglesia.

2. no despreciarla, porque es compañera inseparable.

3. dirigirla como inferior.

4. tener cuidado de ella, como guarda que es de su persona.

5. mantenerla con decencia.

6. sufrirla con toda paciencia.

7. asistirla con caridad.

8. corregirla con benevolencia.

9. no maltratarla con palabras ni obras.

10. no hacer ni decir cosa alguna delante de los hijos aunque pequeños, que pueda serles motivo de escándalo.


obligaciones de las esposas

1. apreciar al marido.

2. respetarle como á su cabeza.

3. obedecerle como á superior.

4. asistirle con toda diligencia.

5. ayudarle con reverencia.

6. contestarle con mansedumbre.

7. callar cuando esté enojado, y mientras dure el enfado.

8. soportar con paciencia sus defectos.

9. repele toda familiaridad.

10. cooperar con el marido en la educacion de sus hijos.

11. no desperdiciar las cosas de casa ni sus bienes.

12. respetar á los suegros como á padres.

13. ser humilde con las cuñadas.

14. mantener buena armonía con todos los de casa.


de OBLIGACIONES DE VARIOS ESTADOS SACADAS DEL CAMINO RECTO DEL EXCMO. SR. CLARET CON LAS LICENCIAS NECESARIAS. MANILA IMPRENTA DEL COLEGIO DE STO. TOMÁS 1903

cosas que se encuentran en el sitio del project gutenberg, donde también están a disposición textos de mark twain, charles darwin, william henry hudson, james joyce o cervantes