viernes, febrero 24, 2012

wilmer delmur: textos políticos (1963-1984)







Quizá una de las facetas menos conocidas de la producción delmuriana la constituya lo que Bernardo Hopkings, principal estudioso y divulgador contemporáneo de su obra, ha denominado sus "textos políticos" y que data de modo algo arbitrario entre 1963 y 1984 (...) Inclasificables por su vocación ensayística salpicada de un realismo sucio estremecedor y también escandalosos por sus ataques entre líneas a vacas sagradas como el Ariel de Rodó y el manual de cocina del Crandon, estos textos comprenden desde columnas de opinión para diversos medios de prensa, editoriales de publicaciones clandestinas, cuentos breves, aguafuertes y poemas hasta la novela La urna flotante (1968), que solo había circulado en una versión mimeografiada y se consideraba perdida.

"En los textos políticos de Delmur está el germen de lo que sería su literatura posterior: el uso deliberado de las erratas, la destrucción de la sintaxis y el manoseo constante de la concordancia entre verbo y sujeto", dijo Hopkings en una entrevista publicada en El País de Madrid, a raíz de la flamante edición del libro Sin patria ni bandera: textos políticos de Wilmer Delmur (1963-1984), que recopila por primera vez en un solo volumen de algo más de 700 páginas toda su producción de esos años. Un apéndice incluye además el guión de un cortometraje --Un vintén p'al Judas, que fuera dirigido por el ítalo-argentino Giovanni Muzzatelli-- y el tratamiento estético de dos films documentales que escribió para el reconocido cineasta uruguayo Mario Chandler: Juan Carlos, cine-retrato de un ortodoncista (1965) y Me gustan los estudiantes más bien fornidos y sin bigote (1968).

Del discurso brumoso de Delmur emergen con absoluta claridad dudas existenciales y contradicciones muy propias de la época --en un editorial Delmur defiende el uso de los pantalones vaqueros y explica cómo combinarlos con mocasines, y sin embargo condena en otro a "ese estruendo imperialista llamado rock n' roll"-- y con pinceladas precisas traza el contorno de su ideario, que es a las claras el ideario de un librepensador. La ambigüedad que destilan muchos de estos escritos permite comprender porqué Delmur fue por aquel entonces declarado persona non grata entre sectores tanto de izquierda como de derecha, tildado muchas veces (y quizá injustamente) de "veleta" y "acomodaticio" por sus detractores más acérrimos.

Repasar esta exhaustiva recopilación puede no arrojar una respuesta definitiva sobre la postura política de Delmur, pero dejará en claro que su obra, gracias a reediciones, antologías y rescates, encuentra lenta y tardíamente el lugar que merece en el panorama de las letras iberoamericanas. Pero sobre todo, Sin patria ni bandera es una nueva oportunidad para encontrarse frente a frente con su lucidez incendiaria, sus verdades a medias y sus sentencias incómodas, como demuestra en un pasaje de la primera columna de opinión que bajo el seudónimo José Carlos Piera Heinz escribió en 1967 en el semanario El Tirabuzón de Florida: "Un hombre que no es libre no es más que un mísero puñado de pali chips, sabor panceta".

Sin patria ni bandera: textos políticos de Wilmer Delmur (1963-1984), de Wilmer Delmur. Edición al cuidado de Bernardo Hopkings. Prólogo de Julio María Sanguinetti. Vegerto Editor, Madrid, 2011. 721 págs. Distribuye Pussi. Calificación: *****


marcelo garrido jelen, en wilmer delmur, la militancia de un no militante, fragmento de un artículo publicado en la revista Retruco, Montevideo, diciembre de 2011